Chamonix está situado en la parte occidental y septentrional de los Alpes, a los pies del Mont Blanc, a 15 km de Suiza por el puerto de Montets y a 15 km de Italia por el túnel del Mont Blanc.

Hay tres zonas principales para esquiar. La primera es La Brévent/La Flégère es, con grandes vistas panorámicas, uno de los enclaves más bonitos de los Alpes. Dispone de 56 km esquiables y 32 pistas de todo tipo.

La segunda zona, Tour/Vallorcine, está especialmente recomendada a esquiadores con un nivel intermedio. Cuenta con 20 pistas y un total de 9 km esquiables. El descenso es posible sobre dos vertientes: el sector de Charamillon, con largas y tranquilas pistas con vistas al valle de Chamonix, y el sector de Vallorcin, donde se esquía entre abetos al borde de la frontera con Suiza.

La tercera zona es Lognan/Grands Montets, para expertos, con 56 km de pistas esquiables y 32 pistas repartidas en tres vertientes (el glaciar de Argentière, Lognan y La Pendant). Las bajadas son interminables y excitantes. Las pistas más difíciles son Charles Bozon de Le Brevent, con 2.500 metros de longitud, y Les Pylones en Grands Montets, con 1.300 metros de desnivel en sólo 3,5 km de pista. Chamonix ofrece un entorno muy variante con todo lo que un esquiador pueda soñar: grandes pendientes; esquí entre árboles; descensos "fuera de pista"; pistas para debutantes; speed-riding; snowboard; taxi-esquí -es una nueva manera de deslizarse por la nieve ideal para las personas que no son esquiadoras-; recorridos con raquetas de nieve; parapente y trineos, entre otras posibilidades. Además, son innumerables las actividades de ocio que se pueden encontrar en la estación compuesta por cuatro pueblos, cada uno con sus características. La lista de actividades es interminable. Es un lugar para largas jornadas de esquí.